Con este ejemplar comienza una serie de imágenes de la colección de cerillos que me ha heredado en vida mi abuelo. Comenzamos con el Restaurante Club de los Parados en Chihuahua Chihuahua, esto en los 70's. (grano de arroz incluido)
sábado, 4 de junio de 2011
La cultura de la mordida.
Estaba organizando mi archivo personal y di con mi cartilla. Vi la foto y recordé el desmadre que fue que me las aceptaran. Quisiera empezar con unos datos sobre corrupción que le saqué de la manga a Transparencia Mexicana.
En 2010, se identificaron 200 millones de actos de corrupción en
el uso de servicios públicos provistos por autoridades federales,
estatales, municipales, así como concesiones y servicios
administrados por particulares. En 2007 fueron 197 millones de
actos.
En 2010, una “mordida” costó a los hogares mexicanos un
promedio de $165.00. En 2007 el promedio fue de $138.00
En 2010, para acceder o facitilar los 35 trámites y servicios
públicos medidos por TM se destinaron más de 32 mil millones de
pesos en “mordidas”. En 2007 este costo fue de 27 mil millones de
pesos.
En promedio, los hogares mexicanos destinaron 14% de su
ingreso a este rubro.
Para los hogares con ingresos de hasta 1 salario mínimo, este
impuesto regresivo representó 33% de su ingreso.
Sin duda debemos aceptar que la corrupción en un factor que frena el desarrollo del país. Y ahora que todo está de la chingada, pues no veo mal ponerse a pensar en este tipo de cosas. Cuando yo fui a sacar mi cartilla en la Delegación Álvaro Obregón a principios del año pasado, (no es que tenga ahorita 19 años, soy remiso... y a mucha honra) me topé con un funcionario de la delegación que inmediatamente me puso peros con mi documentación, para después ofrecerme una solución relativamente fácil como "vete por una copia de este nadamás, para no hacerte regresar hasta tu casa" seguido de un "yo aquí te cuido güero", regresé con la famosa copia y se la entregué, luego checó mis fotos y el pero fue que tenía mucha patilla... clásico. Pues para no hacer el cuento largo me rechazó las fotos 3 veces y yo ya no tenía más patilla que cortar. Evidentemente quería una mordida.
No es que sea un fundamentalista de la honestidad, pero siempre trato de agotar todas las posibles opciones antes de ofrecerle dinero a la autoridad para pagarle porque es la autoridad. Le pedí a un amigo de la Delegación Benito Juárez que me diera una carta diciendo que yo vivía en su casa para poder hacer el trámite en esa delegación. No hubo ningún problema y nunca me la hicieron de pedo con las fotos.
Que quede claro... no es que le esté echando porras a la Delegación BJ, pero funcionó. No dudo que muchos ciudadanos prefieren dar la mordida desde el primer "yo te cuido". Como todo, depende del costo de oportunidad del tiempo invertido en cada una de las opciones, sea dar mordida o buscar otro medio.
Pero di no a la mordida. Monchis.
En 2010, se identificaron 200 millones de actos de corrupción en
el uso de servicios públicos provistos por autoridades federales,
estatales, municipales, así como concesiones y servicios
administrados por particulares. En 2007 fueron 197 millones de
actos.
En 2010, una “mordida” costó a los hogares mexicanos un
promedio de $165.00. En 2007 el promedio fue de $138.00
En 2010, para acceder o facitilar los 35 trámites y servicios
públicos medidos por TM se destinaron más de 32 mil millones de
pesos en “mordidas”. En 2007 este costo fue de 27 mil millones de
pesos.
En promedio, los hogares mexicanos destinaron 14% de su
ingreso a este rubro.
Para los hogares con ingresos de hasta 1 salario mínimo, este
impuesto regresivo representó 33% de su ingreso.
Sin duda debemos aceptar que la corrupción en un factor que frena el desarrollo del país. Y ahora que todo está de la chingada, pues no veo mal ponerse a pensar en este tipo de cosas. Cuando yo fui a sacar mi cartilla en la Delegación Álvaro Obregón a principios del año pasado, (no es que tenga ahorita 19 años, soy remiso... y a mucha honra) me topé con un funcionario de la delegación que inmediatamente me puso peros con mi documentación, para después ofrecerme una solución relativamente fácil como "vete por una copia de este nadamás, para no hacerte regresar hasta tu casa" seguido de un "yo aquí te cuido güero", regresé con la famosa copia y se la entregué, luego checó mis fotos y el pero fue que tenía mucha patilla... clásico. Pues para no hacer el cuento largo me rechazó las fotos 3 veces y yo ya no tenía más patilla que cortar. Evidentemente quería una mordida.
No es que sea un fundamentalista de la honestidad, pero siempre trato de agotar todas las posibles opciones antes de ofrecerle dinero a la autoridad para pagarle porque es la autoridad. Le pedí a un amigo de la Delegación Benito Juárez que me diera una carta diciendo que yo vivía en su casa para poder hacer el trámite en esa delegación. No hubo ningún problema y nunca me la hicieron de pedo con las fotos.
Que quede claro... no es que le esté echando porras a la Delegación BJ, pero funcionó. No dudo que muchos ciudadanos prefieren dar la mordida desde el primer "yo te cuido". Como todo, depende del costo de oportunidad del tiempo invertido en cada una de las opciones, sea dar mordida o buscar otro medio.
Pero di no a la mordida. Monchis.
jueves, 2 de junio de 2011
A los ciclistas del carril de contraflujo en Av. Cuauhtémoc
Todos los días para ir al trabajo uso el nuevo carril de contraflujo, que apareció después de concluidas las obras de la línea 3 del metrobus, sobre Av. Cuauhtémoc. Sin duda lo considero un beneficio, pues redujo el tiempo que hago para ir al trabajo, me gusta más el aspecto visual de la avenida, y si quieren hasta gasto menos gasolina porque los semáforos están super bien sincronizados... Mejor aún, en prácticamente cada esquina hay un poli de tránsito perfectamente uniformado y lo mejor de todo: está trabajando. Si le agregamos además la cantidad de gente que se ve dentro de los metrobuses, tan solo con multiplicar mi beneficio por cada una de esas personas, vemos que sin duda es una obra exitosa.
Pero como en todo está el "sin embargo", pues esta no podía ser la excepción.
Es un hecho que cada día hay más personas en la ciudad que le han apostado a la bicicleta como medio de trasporte, y principalmente en una zona en la que todo el corredor de Av. Cuauhtémoc está incluido. Todos los días que paso por ahí veo bastantes ciclístas sobre el carril de contraflujo limitándose al pequeñísimo espacio que queda entre los autos y la banqueta. Sin duda corren un gran peligro, y no es que sea pesimista, pero no tarda en haber un accidente, si no es que ya lo hubo.
La solución más práctica que encuentro es hacer un llamado a los ciclistas que utilizan el carril de contralfujo de Av. Cuauhtémoc, lo hagan ocupando todo el carril. Esto es, posicionando su bici en medio del carril de manera que los autos tengan que tomar su distancia como si ustedes fueran un auto más. Esto sin duda será más seguro para el ciclista. Lo más seguro, es que en ocasiones se encuentren con el automovilista desesperado que no se despega del cláxon. Pero creo que lo mejor es no hacerle caso. Van varias veces que presto atención a los ciclistas que encuentro en Av. Cuauhtémoc, y la mayoría de las veces hemos llegado al mismo tiempo desde Viaducto hasta Av. Chapultepec. Entonces no se estresen, no le estan quitando tiempo a nadie (y los vehículos de verdaderas emergencias pueden usar el carril del metrobus). Si tienen la oportunidad júntense con otros ciclistas, de manera que más ciclistas ocupen el carril. Así que no estamos pidiendo algo tan exagerado y caro como que se haga un carril exclusivo para bicis en Cuauhtémoc, pero sí tenemos que pedir por lo menos un poco de tolerancia del automovilista.
Si vemos los estacionamientos de bicis (en donde haya), y recordamos hace algunos años, o simplemente no había estacionamiento, o era una casualidad ver aunque sea una bici ahí amarrada. Ahora se les ve prácticamente llenos. Si le sumamos los cientos de miles de usuarios de Ecobici pues creo los ciclistas son un grupo que ya merece ser más tomado en cuenta.
Pero como en todo está el "sin embargo", pues esta no podía ser la excepción.
Es un hecho que cada día hay más personas en la ciudad que le han apostado a la bicicleta como medio de trasporte, y principalmente en una zona en la que todo el corredor de Av. Cuauhtémoc está incluido. Todos los días que paso por ahí veo bastantes ciclístas sobre el carril de contraflujo limitándose al pequeñísimo espacio que queda entre los autos y la banqueta. Sin duda corren un gran peligro, y no es que sea pesimista, pero no tarda en haber un accidente, si no es que ya lo hubo.
La solución más práctica que encuentro es hacer un llamado a los ciclistas que utilizan el carril de contralfujo de Av. Cuauhtémoc, lo hagan ocupando todo el carril. Esto es, posicionando su bici en medio del carril de manera que los autos tengan que tomar su distancia como si ustedes fueran un auto más. Esto sin duda será más seguro para el ciclista. Lo más seguro, es que en ocasiones se encuentren con el automovilista desesperado que no se despega del cláxon. Pero creo que lo mejor es no hacerle caso. Van varias veces que presto atención a los ciclistas que encuentro en Av. Cuauhtémoc, y la mayoría de las veces hemos llegado al mismo tiempo desde Viaducto hasta Av. Chapultepec. Entonces no se estresen, no le estan quitando tiempo a nadie (y los vehículos de verdaderas emergencias pueden usar el carril del metrobus). Si tienen la oportunidad júntense con otros ciclistas, de manera que más ciclistas ocupen el carril. Así que no estamos pidiendo algo tan exagerado y caro como que se haga un carril exclusivo para bicis en Cuauhtémoc, pero sí tenemos que pedir por lo menos un poco de tolerancia del automovilista.
Si vemos los estacionamientos de bicis (en donde haya), y recordamos hace algunos años, o simplemente no había estacionamiento, o era una casualidad ver aunque sea una bici ahí amarrada. Ahora se les ve prácticamente llenos. Si le sumamos los cientos de miles de usuarios de Ecobici pues creo los ciclistas son un grupo que ya merece ser más tomado en cuenta.
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